El Asiento Medio de Vida

Mi Bonita Prima, Ángela.

Nunca yo había pasado mucho tiempo en la ciudad de Indianápolis en mi vida. Creo que yo había traspasado por la ciudad para ir otros lugares pero haber estado nacer y crecer en Chicago, nunca había ningún razón para visitarla. Aun, como me sentaba en un asiento medio de un avión en la noche hace dos semanas, yo pensaba de cómo mi viaje reciente seria un preludio de lo que espero será mi nueva forma de vida.

Los Recuerdos de Esta Posición
Hace siete meses, me encontré sentado en una posición similar. A ese punto, yo me sentaba en un asiento medio de un 747 en la medianoche en Hong Kong. Como un piloto, no me gusta estar sentado en un asiento medio. No puedo ver afuera del avión y así, no puedo entender donde estamos o lo que esta pasando. Me hace sentir calmado cuando puedo ver afuera de la ventana. Pero, a ese punto no tenía remedios y ya tenía que sentarme y tratar de dormir por el vuelo que duró mas que 13 horas de HKG a SFO.

La razón por ese viaje era de mi primer viaje internacional para mi negocio. Yo fui a China por una semana para entender mas de la compañía de mi cliente, KG Technologies, y desarrollar materiales por su nuevo sitio de web. Ahora, siete meses después, estoy en un asiento medio en la noche por dos vuelos largos para volver a San José después de pasar un día durante este viaje haciendo trabajo por la misma compañía. Aun, esta vez, no quería dormir durante el vuelo – en cambio quería pasar tiempo pensando de mi futuro.

La Libertad del Trabajar
La intención de mi viaje a Indy eran dos cosas; 1) asistir una fiesta en Fort Wayne, IN por mi amigo Raj, y  2) visitar mi prima Ángela por un fin de semana a su casa in Indy. Así, podría matar dos  pájaros con una piedra. Llegue a Indy en la medianoche de Jueves después de un día medio trabajando por Stanford de casa y unas pocas horas trabajando en un proyecto por mi negocio durante el vuelo a Indy. Tenía que prepararme por una llamada con KG Technologies el viernes en la tarde. Desde habíamos terminado el nuevo sitio de web el año pasado, tratamos de chequear mensual en las cosas que ellos necesitan para su sitio y también, habíamos planeado por una llamada de grupo el viernes para platicar acerca de progreso del sitio desde el lanzamiento.

Lela, el perro de Ángela, que era mi compañera durante el día de trabajo a casa.

Aunque pasé casi tres horas ese día trabajando en las cosas para la llamada, alrededor de casi una hora antes del tiempo para la llamada, recibí un mensaje diciéndome que la llamada era cancelado. Mis clientes tenían otras prioridades ese día. Pero eso es la manera en que las cosas trabajan con un negocio, y aunque la llamada estuviera cancelado, me sentí como yo estaba viviendo mi sueno – de tener un negocio, viajar, trabajar, y también pasar tiempo durante el día haciendo esas cosas que amo.

Tiempos Buenos Con Mi Prima
Después de almorzar (un almuerzo muy mala desafortunadamente), fui por el aeropuerto (Eagle Creek) cerca de la casa de mi prima. Solamente pasé casi diez minutos allá, pero cada vez que yo voy a los aeropuertos, me siento como un joven (justo como mi tiempo en San Luis Obispo dos semanas antes). En la noche, Angie y yo pasamos tiempo a su casa jugando con su Nintendo Wii y tratar de bailar como Micheal Jackson. Con Angie siempre puedo sentir como un niño, ella es como la hermana menor que nunca yo tuve. Mas después, ella me llevo al central de Indy por una noche en la ciudad. Fuimos a un restaurante llamado Barcelona por tapas y sangría, pero no era muy bueno. Casi todos de sus platos usan tomates, y así era casi como yendo a un restaurante italiano para comida de España. Adivino en el Midwest, muchas de las personas no saben la diferencia. Para terminar la noche, fuimos por un bar para escuchar jazz en vivo, algo que los dos nos gustan mucho. Aunque, las bebidas de nuevo no eran buenas, la música y el tiempo que nos pasamos juntos eran preciosos.

Viendo los partidos del TV a Barcelona.

Platicando en el Camino a Fort Wayne
La próxima día, ella y yo manejamos a Fort Wayne para asistir la fiesta de mi amigo Raj. El y su esposa se había casado en Noviembre en India pero ellos estaban teniendo su recepción por las personas en los Estados Unidos en la ciudad natal de Raj en Fort Wayne. Este es la única, y quiero decir la única, razón por una visita a Fort Wayne en mi vida. Gracias a Dios, el aventón allá era no mas de dos horas de Indy por los llanos aburridos del Midwest. En realidad, no tiene importancia como Angie y yo pasamos tiempo juntos. Siempre encontramos una manera de disfrutarnos en cualquier situación. Antes de salir, ella me llevó a Boogie Burger, un restaurante pequeño pero muy famoso en Indy. Allá, tuve probablemente el mejor hamburguesa en mi vida. Esa hamburguesa compensó por la comida mala de la noche antes. Por las siguientes dos horas platicamos de nuestras vidas, sueños, y futuros. Ella me hizo sentir mas cómodo con mis deseos y me dio otras ideas. Como todos, ella me dijo que yo estoy al punto de aumentar mis sueños y pasiones, y ella también espera que algún día ella puede hacer lo mismo.

Bradley y yo a la fiesta de Raj en Fort Wayne, IN.

Llegamos a Fort Wayne y estábamos bienvenido con el mordisco del frío de invierno cuando bajamos el coche (tenía casi 35 grados con mucho viento). Gracias a Dios, la fiesta estaba dentro el hotel. Mi amigo, y compañero de casa, Bradley, nos encontró a la fiesta dado que el había llegado por avión a Detroit y manejó a Fort Wayne. Dado que había, en mi opinión, casi 250-300 personas allá, no tenía la oportunidad para decir “hola” a Raj y Karishma, pero la fiesta era divertida (y la comida era buena también).

Vuelvo al Asiento Medio
Angie y yo regresamos en la medianoche acerca de  la una y con el cambio del tiempo esa noche, nos sentimos molidos en la mañana del domingo. Pasamos casi todo el día descansando. Era no hasta a las 2:30p que desayunamos y despuecito de eso, yo tenía que ir al aeropuerto. Y justo como eso, mi viaje se acabó, aunque el próximo paso en mi vida ya estaba empezando.

En vez de tratar de dormir en mi vuelo, pasé tiempo pensando en las cosas que Angie me dijo durante nuestro tiempo juntos. También, yo leí mis revistas de pilotos, mi libro de cuentos españoles, y repasé mi libro italiano de conversación. Pensé a mi mismo, ahora estoy viviendo mis sueños pero solamente una parte. Si quiero vivir mi sueño entero, como yo sentía un poco mientras me estaba sentado en el asiento medio en el vuelo de Hong Kong hace siete meses, tengo que tener la misma fe en mi mismo como lo demás ven en mi. A veces, estar en una posición incomodo (para mi en un asiento medio en un avión en la noche), no es una cosa mala, porque te pone en una posición para ver las cosas de una vista diferente.

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En Inglés: The Middle Seat of Life
I had never spent much time in the city of Indianapolis in my life. I think I had passed through the city to go to other places, but having been born and raised in Chicago, I never had any reason to visit. Yet, as I sat in a middle seat of an airplane at night two weeks ago, I thought of how my recent trip would be a prelude of what I hope will be my new lifestyle.

Memories of this Position
Seven months ago, I found myself sitting in a similar position. At that point, I sat in a middle seat of a 747 at midnight in Hong Kong. As a pilot, I don’t like sitting in a middle seat. I can’t see out of the plane so I can’t understand where we are or what is happening. It makes me feel calm when I can see out the window. But at that point had no choice and just had to sit down and try to sleep on the flight that lasted more than 13 hours from HKG to SFO.

The reason for that trip was my first international trip for my business. I went to China for a week to understand more about my client’s company, KG Technologies, and develop materials for their new website. Now, seven months later, I’m in a middle seat at night for two long flights back to San Jose after spending a day on this trip working for the same company. Yet, this time, I didn’t sleep during the flight – instead I wanted to spend my time thinking about my future.

The Freedom of Working
The purpose of my trip to Indy were two things; 1) attend a party in Fort Wayne, IN for my friend Raj and visit my cousin Angela through a weekend home in Indy. So, I could kill two birds with one stone. I arrived in Indy at midnight on Thursday after a half day working for Stanford at home and a few hours working on a project for my business during the flight to Indy. I had to prepare for a call with KG Technologies on Friday afternoon. Since we finished the new website last year, we try to check-in monthly on the things they need for their site and also, we had planned for a group call on Friday to talk about the site’s progress since the launch.

Even though I spent nearly three-hour that day working on things for the call, around about an hour before the time for the call, I received a message saying that the call was canceled. My clients had other priorities that day. But that’s the way things work with a business, and although the call was canceled, I felt like I was living my dream – to have a business, travel, work, and also spend time during the day doing those things that I love.

Good Times with My Cousin
After lunch (a very bad lunch, unfortunately), I went by the airport (Eagle Creek) near my cousin’s house. I only spent about ten minutes there, but every time I go to airports, I feel like a kid (just like my time in San Luis Obispo two weeks earlier). In the evening, Angie and I spent time at home playing with her Nintendo Wii and trying to dance like Michael Jackson. With Angie, I can always feel like a child, she is like the sister I never had. Later on, she took me to downtown Indy for a night on the town. We went to a restaurant called Barcelona for tapas and sangria, but it wasn’t very good. Almost all of the dishes used tomatoes, and it was almost like going to an Italian restaurant with Spanish food. I guess in the Midwest, many people don’t know the difference. To end the evening, we went to a bar to hear live jazz, something we both really enjoy. Although the drinks weren’t good, the music and the time we spent together was precious.

Chatting on the Way to Fort Wayne
The next day, she and I drove to Fort Wayne to attend the party of my friend Raj. He and his wife married in November in India but they were having their reception for the folks in the United States in his hometown of Fort Wayne. This is the only reason, and I mean the only reason for a visit to Fort Wayne in my life. Thankfully, the ride was no more than two hours from Indy through the boring plains of the Midwest. In reality, it really does not matter how Angie and I spent time together, we always find a way to enjoy ourselves in any situation. Before leaving, she took me to Boogie Burger, a small but famous restaurant in Indy famous. There, I had probably the best burger in my life. That burger more than made up for the bad food from the night before. For the next two hours we talked about our lives, dreams and future. She made me feel more comfortable with my desires and gave me other ideas. Like everyone else, she told me that I am at the point of increasing my dreams and passions, and she also hopes that someday she can do the same.

We arrived in Fort Wayne and we were greeted with the cold bite of winter when we got out of the car (it was about 35 degrees and windy). Thank God, the party was inside the hotel. My friend and roommate, Bradley, met us at the party since he had arrived by plane to Detroit and drove to Fort Wayne. Because there were, in my opinion, almost 250-300 people there I didn’t have any opportunity to say hello to Raj and Karishma, but the party was fun (and food was good too).

I Return to the Middle Seat
Angie and I returned in the middle of the night around 1am and with the time change that night, we were exhausted Sunday morning. We spent almost the whole day resting. It was not until 2:30p that we had breakfast and a little after that, I had to go to the airport. And just like that, my trip was over, even though the next step in my life was just getting started.

Instead of trying to sleep on my flight, I spent time thinking about things that Angie told me during our time together. I also read my pilot magazines, my Spanish book of short stories, and reviewed my Italian conversation book. I thought to myself, now I’m living my dreams, but only one part. If I want to live my whole dream, like I felt a bit while I was sitting in the middle seat on the flight from Hong Kong seven months ago, I have to have the same faith in myself as others see in me. Sometimes being in an uncomfortable position (for me in a middle seat on an airplane at night) is not a bad thing, because it puts you in a position to see things in a different light.