Vivir Sus Sueños

Hace dos años, yo estaba de pie en un cuarto en un circulo de casi 10 personas a mi trabajo con una bola de hilo en mi mano. Con todos los ojos viendo a mi, tenía que contestar unas pocas preguntas de mi personalidad. La ultima pregunta debía ser algo que nadie en el cuarto sabían de mi. Tenía unos pocos minutos antes de mi vuelta para pensarlo. Cuando abría mi boca, les dije que…”cuando yo no estoy soñando, yo no estoy contento.” La habilidad de soñar es muy importante a me. Esto es algo que significaba mucho en mi reciente viaje con mi novia, Kaitlyn, a la Costa Central de California hace un mes.

Desde la primera vez yo fui a la región con mi mama en 2007 para llevarla a la castilla de Hearst en San Simeon y una tarde en que yo podía visitar bodegas de vino en Paso Robles, yo soñé de ir otra vez para pasar un fin de semana romántico. Mis sueños incluyeron actividades como degustación de vinos, visitando el mar cerca de Cambria, ir de caminata, y una buena cena. Lo que sucedió en este viaje incluyó esas cosas y tanto mas. Al fin de este viaje, no solo realice esos sueños pero otras acciones y nuestros conversaciones me puso en un camino para alcanzar mis sueños mas grandes.

El Tiempo y Sus Maneras de Sorprendernos
Los últimos pocos días antes de nuestro viaje, los reportes de tiempo decían que habrían un tormenta grande de la área de Norte California, con mucha lluvia y aun nieve. Ya la mañana en que salimos era perfecto…casi sin nubes. Pensábamos que el aventón de San José a Paso Robles en la mañanita seria difícil con lluvia y nieve pero era bonita y una buena manera para empezar el nuestro viaje. El aventón duró no mas de 2.5 horas y llegamos a la área alrededor de las 9:30am. Salimos muy temprano (casi 7:15am) porque pasábamos solamente dos días y una noche en el viaje del fin de semana. Queríamos aprovecharlo al máximo del tiempo.

Cuando llegamos a la área habíamos tenido casi dos horas antes de las bodegas de vino estaban abiertos y entonces decidimos ir hacia el área cerca del mar para ver las vistas y desayunar en el pueblo de Cambria. Entremedio nuestra desayuna a un restaurante pequeño en Cambria y agarrando un capuchino, tomamos un momento para chequear unos de los hoteles que habíamos considerado cuando planeábamos por nuestro viaje. Gracias a Dios que no nos quedamos a esos lugares porque hubiéramos insatisfecho con el. Las fotos del sito de web eran engañosos y las áreas cerca de los dos hoteles no eran tan bueno como se mostraron.  Así, se puede imaginar que en nuestro mentes estábamos un poco nervioso de ver el hotel que elegimos a San Luis Obispo…nuestro destinación final. 

Durante casi toda el día habíamos escapado las nubes y la lluvia, hasta que manejábamos a San Luis Obispo. Al principio, había lluvia y luego se ponía nieve como nieve fangosa, y afuera de ninguna parte, se puso granice justo cuando cruzábamos la cima de la montaña entre Atascadero y  San Luis Obispo. Casi todo de las coches se estaban detenido y la granice estaba cayendo con mucho fuerza en pequeñas gotas de chícaros. Pero era muy interesante porque se veía que al otro lado estaba claro con mucha sol. Después de no mas de diez minutos, estábamos manejando en cielos claros hacía nuestro destinación en San Luis Obispo llamado Sycamore Springs.

Largos Caminos

Pues, antes de que hagamos llover y encontrarnos en el medio de una pequeña tormenta de granice, pasamos unas pocas horas en la área de Paso Robles y Templeton a las bodegas. La primera bodega que queríamos visitar era uno que mi amigo Koffi nos recomendó llamado Justin’s. Aunque la mapa indicó que la bodega estaba ubicado mas fondo en el bosque, me parecía que esos seis millas eran mas lejos de eso. Pero era un aventón muy divertido, manejando en las calles estrechas y curvas. Cuando por fin llegamos allá estábamos listos para relajar un poco y disfrutar una cata que Koffi dijo era lo mejor en la área. Los vinos de Justin era buenos con un estilo consistente…terroso y suave. Probamos seis vinos allá incluyendo su “Justification” y “Obtuse”, pero no compramos ninguno de sus vinos. En vez, compramos alguna comida como salmón ahumado, queso, y galletas para disfrutar mas tarde.

Después de nuestro tiempo en el bosque, manejamos atrás a la ciudad de Paso Robles para decidir la próxima bodega. Tratamos de encontrar otro que Koffi recomendó pero sin buenos señales de móvil, no lo podía encontrarlo en las calles misteriosas del bosque. Luego, nos paramos por un poco en un barrio y vimos al mapa por casi diez minutos intentando de decidir en la próxima. Hay casi 100 bodegas en la área pero decidimos de ir a una llamado “Bella Luna.” Me gustó el nombre porque es italiano y yo escribo mis puestos de vino en italiano.

Pues la visita a Bella Luna era raro porque cuando llegamos habían muchos coches y no habían ningunos estacionamientos para parquear. Tuvimos que parquear en el lado de la calle. Así, pensábamos que la bodega iba a estar un buen lugar. Al principio no podíamos encontrar la entrada y entonces seguíamos toda la gente pero nadie nos dijo nada. Nos veíamos como una pareja romántica yendo por una cata pero cuando llegamos una entrada, yo abrí la puerta y todo la gente me miraron en una manera rara. Finalmente, ellos nos dijeron que esa no era la entrada sino que fuera la casa de los dueños y ese día había una fiesta para embotellar, por lo tanto toda la gente. Huelga decir que sentimos un poco avergonzados y entonces fuimos atrás al coche y decidimos llamarlo un día porque las nubes y la lluvia habían llegado. Y en menos de veinte minutos, nos encontramos en la tormenta de granice.

Las Vistas del Mar
Después de casi seis horas en el coche, visitando el mar, dos bodegas y manejando por una tormenta, nos encontramos salir de la carretera y excitados para ver nuestro hotel. Elegimos Sycamore Springs porque esta ubicado cerca de la playa pero en los piedemontes tal que se tiene que ir a caminata de las colinas para llegar la playa. También, tiene un jacuzzi privado en el patio por cada habitacion.

Aunque pensábamos que estábamos cansados, nos quedamos en la habitación por no mas de un hora y luego nos levantamos, agarramos nuestra comidas pequeñas y fuimos por una caminata. Queríamos ir antes de la puesta de sol y hombre, recibimos un regalito maravilloso. Ya no estábamos cansados como pensábamos porque nos empujamos arriba las colinas (casi 2000 pies y 1.5 millas) en menos de 30 minutos. Los últimos pasos eran duro porque Kaitlyn no podía detenerse de reír y la altitud se pueda afecta una persona diferente cuando no tenga bastante aire para respirar. Pero en algunas maneras, ella se lo mereció porque ella estaba riendo a me porque con todo lo que yo estaba llevando, me veía como una persona sin casa caminando por el bosque. 🙂

La vistas que vimos y disfrutamos a la cima eran maravillosas y valieron la pena (y el frío). Allá nos sentamos por unos pocos minutos comiendo la comida y recordando todo lo que hicimos y hablamos ese día. No podíamos quedarnos hasta la puesta de sol porque no sentimos cómodo bajar las colinas en el oscuro. En vez de eso, yo tenía un idea para mostrarla una puesta de sol en la playa mas tarde en nuestra viaje.

La Cena y El Jacuzzi

Esa noche, decidimos quedarnos al hotel en vez de ir a la ciudad para comer. Tratamos de buscar por un restaurante usando Yelp en mi iPhone, pero no había nada interesante. Habíamos traído con nosotros una botella de vino llamado “OMG” que ella me compró por un club de vino mensual y entonces lo que era mas importante a nosotros era probarlo con nuestra cena. Gracias a Dios nos sentamos cerca del hogar y la botella era interesante porque ninguno de los dos nos gustó la comida del restaurante al hotel. Finalmente, fuimos atrás nuestra habitación para disfrutar el jacuzzi con vino y pastel de queso (la única cosa buena del restaurante). Pasamos el resto de la noche en el jacuzzi con vino, chocolates, y el postre. Aunque fuera 50 grados afuera, nos sentimos muy cómodo y dado que el agua era de fuentes minerales, podíamos quedarnos dentro de el sin sentir caliente o sin agarrar piel seco como los jacuzzi con cloro. Como una llama que se quema por todo la noche, nuestra noche se esfumó suavemente.

El próximo día, nos levantamos con una mañana lleno de sol. Con todo lo que hicimos el día antes estábamos un poco lento para ponernos en marcha por el día. Dado que fuimos a caminata por las colinas el día antes, en vez de eso decidimos a manejar los tres o cuatros millas a la playa (Avila Beach). Es una buena comunidad pequeña enclavado en una bahía cerca de San Luis Obispo (SLO). Antes de que salgamos la área del hotel, fuimos por sus jardines para visitar el laberinto. Sycamore Springs tiene un laberinto también por los visitantes que quieren pasar tiempo para meditar. Dado todo lo que tenía en mi mente era una buena manera para disminuir todo.

En nuestro camino al restaurante para desayunar, noté que el aeropuerto de SLO estaba a lo largo el camino. Kaitlyn sabe cuanto me encantan los aviones y entonces me dejó pasar un poco tiempo al aeropuerto. El día antes cuando teníamos un poco tiempo antes de nuestra primera bodega, ella me dejó pasar casi diez minutos al aeropuerto de Paso Robles para no mas de ver los aviones y sentir como un joven como siempre cuando estoy a cualquier aeropuerto. Justo como el tiempo al laberinto, era alguna cosa que contribuyó a mi mentalidad ese día y aumentó mis deseos para alcanzar mis otros sueños en vida.

El Sol Se Pone en el Viaje Pero Se Sube en Mis Sueños
Antes de salir la área, visitamos dos bodegas interesantes, Calcareous y Maloy O’Neill. Las vistas a Calcareous eran maravillosas, especialmente dado que el día hacía mucho sol. A las dos bodegas compramos vino – tres botellas en total. Y a las tres de la tarde, salimos y manejamos casi dos horas a Pacific Grove, un pueblito cerca de Monterey, CA. Allá era el lugar de mi ultimo regalito por ella.

Cuando Kaitlyn y yo nos conocimos, me di cuenta que ella le gustan dos cosas naturales – la puesta de sol y el mar. Así, hice una tarjetita por ella para calmarla dado algunas cosas difíciles en su vida a ese tiempo. Luego, casi un mes antes de nuestro viaje, la llevé en su primera vuelo de la puesta de sol conmigo. Ya esta tarde especifico, yo quería terminar nuestro viaje regalándole las dos cosas en un lugar que es uno de lo mas lindo en California. Llegamos a Pacific Grove a las 5pm y pasamos un poco tiempo caminando y platicando en la playa. Mientras hablando de mis sueños cuando yo era joven acerca de hacerme un dueño de una aerolínea, seguí buscando los aviones en el cielo volando y pensando cuando yo pueda ser tengo la fe y la habilidad de empezar esos sueños. A las 6pm vimos la puesta de sol sobre el mar y como el lumbre de la noche antes, nuestro viaje se esfumó en la noche.

Por Los Papeles – Hablo Con El Joven
Cuando regresamos a casa esa noche, le mostré a ella algunos documentos que yo creé cuando yo era joven. Ella no podía creer que las ideas y los documentos se vinieron de un joven que tenía solamente 13 o 14 años. Yo no podía creer lo que tenía en mis manos. Esos documentos que yo salvé por tantos años eran casi un conducto de mis sueños y sentí que yo estaba comunicando con el joven que los creé. Con eso y todo el apoyo que ella me dio ese fin de semana durante nuestro tiempo manejando, me di cuenta algo que alguien me dijo en mi ultimo viaje a Arizona – “La Única Cosa Entre Tu y Tus Sueños Eres Tu.” Así es. En ese viaje realicé mis sueños de viajar en un viaje romántico a la costa central de California con mi querida novia y realicé que estaba al punto de empezar el próximo paso de mis otros sueños de vida. 

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En Inglés: Live Your Dreams
Two years ago, I was standing in a room in a circle of about 10 people at my work with a ball of yarn in my hand. With all eyes watching me, I had to answer a few questions about my personality. The last question had to be something that nobody in the room knew about me. I had a few minutes before my turn to think. When I opened my mouth, I said that … "when I’m not dreaming, I’m not happy." The ability to dream is very important to me. This is something that meant a lot on my recent trip with my girlfriend, Kaitlyn, to California’s Central Coast a month ago.

Since the first time I went to the region with my mom in 2007 to take her to the Hearst Castle in San Simeon and an afternoon in which I was able to visit wineries in Paso Robles, I dreamed of going again to spend a romantic weekend. My dreams included activities such as wine tasting, visiting the ocean near Cambria, hiking, and a good dinner. What happened on this trip included these things and much more. At the end of this trip, not only did I realize these dreams, but other actions and our conversations also put me on the road to achieve my biggest dreams.

The Weather and Its Ways of Surprising Us
The last few days before our trip, the weather reports said there would be a big storm in the Northern California area, with heavy rain and even snow. Yet the morning we left was perfect … almost without any clouds. We thought the ride from San Jose to Paso Robles in the early morning would be difficult with rain and snow but it was beautiful and a good way to begin our trip. The ride lasted no more than 2.5 hours and we arrived at the area around 9:30 am. We left very early (about 7:15 am) because we were only spending two days and one night on the weekend trip. We wanted to make the most of the time.

When we reached the area we had almost two hours before the wineries were open and so we decided to go to the area near the sea to see the views and have breakfast in the village of Cambria. In between our breakfast at a small restaurant in Cambria and grabbing a cappuccino, we took a moment to check some of the hotels we had seen when we were planning our trip. Thank God that we did not stay at these places because we were not impressed with them. The web site photos were misleading and the areas near the two hotels were not as good as they showed. So you can imagine that in our minds we were a little nervous to see the hotel we chose in San Luis Obispo … our final destination.

For most of the day we escaped the clouds and rain, until we drove to San Luis Obispo. At first, there was rain and then it became snow like slush, and out of nowhere, it became hail just as we crossed the top of the mountain between Atascadero and San Luis Obispo. Almost all of the cars were stopped and the hail was falling with great force in small drops of peas. But it was very interesting because you could see the other side was clear with lots of sun. After no more than ten minutes, we were driving in clear skies towards our destination in San Luis Obispo called Sycamore Springs.

Long Roads
Well, before we “made it rain” and found ourselves in the middle of a small hailstorm, we spent a few hours in the area of Paso Robles and Templeton at the wineries. The first winery we wanted to visit was one that my friend Koffi recommended called Justin’s. Although the map indicated that the winery was located deep in the woods, it seemed to me that those six miles were much farther than that. But it was a very fun ride, driving along narrow streets and corners. When we finally got there we were ready to relax a little and enjoy a tasting that Koffi said was the best in the area. Justin’s wines were good with a consistent style … earthy and smooth. We tried six wines including their "Justification" and "Obtuse" but we didn’t buy any of their wines. Instead, we bought some food like smoked salmon, cheese and crackers to enjoy later.

After our time in the woods, we drove back to the city of Paso Robles to decide on the next winery. We tried to find another one that Koffi recommended but without good mobile signals, I could not find it in the mysterious streets of the woods. Then we stopped for a bit in a neighborhood and looked at the map for nearly ten minutes trying to decide on the next one. There are nearly 100 wineries in the area but we decided to go to one called "Bella Luna." I liked the name because it’s Italian and I write my wine posts in Italian.

Well the visit to Bella Luna was weird because when arrived there were so many cars and there were no spaces for parking. We had to park on the side of the street. So, we thought the winery would be a good place. At first we couldn’t find the entrance and so we kept following all the people but no one said anything to us. We looked like a romantic couple going for a tasting but when we got to the entrance, I opened the door and all the people looked at me weird. Finally, they told us that this was not the entrance, but it was the home of the owners and that day there was a bottling party – hence all people. Needless to say we felt a little embarrassed and so went back to the car and decided to call it a day because clouds and rain had arrived. And in less than twenty minutes, we found ourselves in the hailstorm.

Ocean Views
After almost six hours in the car, visiting the sea, two wineries and driving through a storm, we found ourselves exiting the highway and excited to see our hotel. We chose Sycamore Springs because it is located near the beach but in the foothills such that you have to go hiking in the hills to reach the beach. It also has a private jacuzzi on the patio for each room.

Even though we thought we were tired, we stayed in the room for no more than an hour and then got up, grabbed our small meals and went for a hike. We wanted to go before sunset and, man did we get a wonderful little gift. We weren’t tired as we thought because we pushed ourselves up the hills (about 2000 feet and 1.5 miles) in under 30 minutes. The last steps were tough because Kaitlyn could not stop laughing and the altitude can affect a person differently when you do not have enough air to breathe. But in some ways, she deserved it because she was laughing at me because with everything I was carrying, I looked like a homeless person walking through the forest. 🙂

The views we saw and enjoyed at the top were wonderful and worth it (and the cold). There we sat for a few minutes eating lunch and remembering everything we did and we talked about that day. We couldn’t stay until sunset because we didn’t feel comfortable going down the hills in the dark. Instead of that, I had an idea to show her a beach sunset much later on our trip.

Dinner and Jacuzzi
That night, we decided to stay at the hotel instead of going to town to eat. We tried to find a restaurant using Yelp on my iPhone, but there was nothing interesting. We had brought a bottle of wine with us called "OMG" that she bought me through the wine of the month club and so what was most important to us was to try it with our dinner. Thank God we sat near the fireplace and the bottle was interesting because neither of us liked the food at the hotel restaurant. Eventually, we went back our room to enjoy the jacuzzi with wine and cheesecake (the only good thing at the restaurant). We spent the rest of the night in the jacuzzi with wine, chocolates and dessert. Even though it was 50 degrees outside, we felt very comfortable and given that the water was from mineral springs, we could stay in it without feeling hot or getting dry skin like hot tubs with chlorine. Like a flame burning all night, our night softly faded away. 


The next day, we woke to a sunny morning. With everything we did the day before we were a little slow to get going for the day. Since we went for a hike through the hills the day before, we instead decided to drive the three or four miles to the beach (Avila Beach). It’s a good little community nestled in a bay near San Luis Obispo (SLO). Before we left the hotel area, we went through the gardens to visit the labyrinth. Sycamore Springs has also a labyrinth for visitors who want to spend time meditating. Given what I had in my mind, it was a good way to slow everything down.

On our way to the restaurant for breakfast, I noticed the SLO airport was along the road. Kaitlyn knows how much I love the planes and so let me spend some time at the airport. The day before when we had a little time before our first winery, she let me spend about ten minutes at the airport in Paso Robles to just see the places and feel like a little kid like always when I’m at an airport. Just like the time at the labyrinth, it was something that helped my mindset that day and increased my desire to reach my other dreams in life.

The Sun Sets on the Trip But Rises on My Dreams
Before leaving the area, we visited two interesting wineries, Calcareous and Maloy O’Neill. The views at Calcareous were wonderful, especially given that it was sunny. At the two wineries we bought wine – three bottles in total. And at three in the afternoon, we left and drove almost two hours to Pacific Grove, a village near Monterey, CA. There was the place of my last little gift for her.

When Kaitlyn and I met, I found out that she likes natural things – the sun and the sea. So, I made a card for her to calm her given some rough things in her life at that time. Then, about a month before our trip, I took her on her first sunset flight with me. Yet this particular afternoon, I wanted to finish our journey by giving her both in a place that is one of the most beautiful in California. We arrived in Pacific Grove at 5pm and spent a little time walking and talking on the beach. While talking about my dreams when I was a kid about being an owner of an airline, I kept looking for the aircraft flying in the sky and thinking when I might have the faith and the ability to begin those dreams. At 6pm we watched the sunset over the sea and like the flame from the night before our trip was faded away into the night.

Through The Papers – I Talk to the Kid
When we got home that night, I showed Kaitlyn some documents that I created when I was young. She could not believe that the ideas and documents came from a kid who was only 13 or 14 years old. I could not believe what I had in my hands. These documents that I saved for so many years were almost a conduit of my dreams and I felt I was communicating with the young man who created them. With that and all the support she gave me that weekend during our time driving, I realized something someone told me on my last trip to Arizona – "The only thing between you and your dreams is you." Yes. On that trip I realized my dreams of traveling on a romantic trip to the central coast of California with my dear girlfriend and realized that I was at the point of beginning the next step of my other life dreams.